Todas las administraciones y la Universidad participan en la conmemoración del 25N en la Diputación tras un “trágico fin de semana” con dos nuevos asesinatos machistas.
HUELVA, 25 DE NOVIEMBRE 2024.
‘Desde mi libertad, soy fuerte porque soy volcán’, y ‘que nadie calle tu verdad’, son parte de las canciones que han puesto banda sonora a la reivindicación del 25N en la Diputación Provincial de Huelva. Instituciones y ciudadanía se han unido en el absoluto rechazo y condena a la violencia de género, guardando un minuto de silencio por las más de cuarenta mujeres asesinadas en lo que va de año en España y “después de un trágico fin de semana fin de semana con dos muertes, una de ella de una niña de 15 años que se está investigando como asesinato machista”, según ha indicado la diputada de Igualdad, María de Mar Martín Florido.
La lectura institucional del manifiesto de las diputaciones andaluzas ha centrado el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en el que han participado representantes de todas las administraciones, así como la Universidad de Huelva. El lema ‘No es un mensaje: es violencia digital’ y el hashtag #RedesSinmachismo protagonizan la campaña de este año, consensuada, como el manifiesto, entre las ocho diputaciones andaluzas, ofreciendo una imagen y un mensaje únicos como forma contundente de rechazo hacia la violencia machista
En la lectura han participado el presidente de la Diputación, David Toscano; la subdelegada del Gobierno en Huelva, Mª José Rico Cabrera; el concejal de Servicios Sociales, Familia y Accesibilidad, José Manuel Moreno; la directora de Igualdad de la Universidad de Huelva, Beatriz Peña y y la asesora de Programas del Centro de la Mujer de Huelva IAM, Laura Sánchez.
Tras el manifiesto, ha tenido lugar una actuación musical de Rosàm, acompañada por Javier Calderón a la guitarra, que han interpretado los temas ‘Desde mi libertad’, de Ana Belén, y ‘Que nadie’ de Manuel Carrasco.
Declaración institucional
En 2024 se cumple el vigésimo aniversario de la aprobación de la Ley Integral contra la Violencia de Género. Una estrategia pionera, fruto del consenso político, y de la presión social de las asociaciones feministas que venían exigiendo un modelo multidisciplinar de prevención, protección y atención efectiva a las víctimas de violencia machista, imprescindible para afrontarla como un problema estructural arraigado en el corazón mismo de nuestra sociedad.
Desde su promulgación, se han logrado avances significativos tanto en la protección de las víctimas como en la sensibilización social contra la impunidad de la violencia hacia las mujeres, sacándola del ámbito privado hasta convertirla en un asunto de Estado con un Pacto nacional que, sin embargo, mantiene aún muchos retos abiertos en su ejecución, dadas las proporciones pandémicas de la violencia de género.
Las instituciones aquí representadas venimos también haciendo este camino y acumulamos una valiosa experiencia en el desarrollo de políticas de igualdad en el ámbito local. Por eso sabemos que es esencial seguir consolidando recursos y estructuras organizativas estables para que las Corporaciones Locales puedan hacer de nuestras ciudades y pueblos espacios seguros y libres de violencia machista.
Los datos siguen siendo alarmantes. Según el INE, el número de mujeres víctimas de violencia de género aumentó en más de un 12% en 2023 hasta 36.582. Constituye la cifra más elevada registrada desde 2011.
En cuanto al número de mujeres asesinadas por violencia de género en nuestro país asciende a 41 en lo que va de año (10 en Andalucía) y a 1.286 desde 2003. Además, 4 menores han sido asesinados por violencia vicaria, una cifra que se eleva a 61 desde 2013. También se contabilizan desde esa fecha 32 menores que han quedado huérfanas o huérfanos de madres asesinadas por violencia machista.
Con todo, es vital no normalizar e insensibilizarnos ante estas cifras. Además de poner el foco en las víctimas, es notorio que hay que concentrar esfuerzos en evitar que los maltratadores agredan y asesinen. Estamos comprobando que la acción jurídica contra la violencia de género no es suficiente para lograr una reducción de los crímenes, de manera que se debe insistir en la prevención y la sensibilización. El hecho de que convivamos con la violencia de género, sin percepción de amenaza para toda la sociedad, es un responsabilidad colectiva que hay que revertir con urgencia.
Nos enfrentamos a varios desafíos: las brechas en la protección, la violencia vicaria, la violencia sexual, la mercantilización del cuerpo de las mujeres y la atención específica a las mujeres con múltiples discriminaciones.
Además, la creciente incidencia de la violencia machista a través de medios digitales supone otra señal más de alarma. Por ello, es crucial aumentar la conciencia sobre los peligros de la violencia digital machista, ya que un alto porcentaje de mujeres la ha padecido: el 80 por ciento ha sufrido acoso en redes sociales; el 53 por ciento ha recibido fotos sexuales no solicitadas, y el 44 por ciento ha sido amenazada a través de Internet.
En este sentido, aún faltan estadísticas desagregadas que permitan un análisis más profundo; todavía muchos casos quedan ocultos, debido a que ni siquiera se tiene conciencia de que se esté siendo objeto de un delito machista, y las denuncias son escasas.
De ahí que las instituciones pongamos este año el foco en la ciberviolencia, puesto que el espacio digital se ha convertido en un lugar indispensable en nuestra vida cotidiana; pasamos de media casi 7 horas al día online, y ello implica que las estructuras de poder y las violencias que se dan hacia las mujeres en lo analógico se estén también traspasando a las pantallas.
Las violencias machistas digitales no son percibidas como algo real, aunque el paso de la violencia virtual al mundo real tenga múltiples consecuencias demoledoras para las mujeres, ya que puede empezar en lo físico y continuar en lo digital, empezar en lo digital y continuar en lo físico o mantenerse en ambos espacios a la vez retroalimentándose hasta incluso tener un impacto mortal.
En este marco, un año más, las instituciones aquí representadas, en conmemoración del Día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, nos comprometemos a:
1. Reforzar la coordinación institucional y hacer valer el papel fundamental que los organismos de igualdad venimos desarrollando en la lucha contra la violencia machista prestando especial asistencia a los municipios del ámbito rural.
2. Visibilizar y respaldar las convergencias y los pactos entre administraciones, organizaciones y sociedad civil conectando las acciones locales con el movimiento internacional de defensa de los derechos humanos de las mujeres.
3. Ampliar la atención específica con un enfoque interseccional teniendo en cuenta a las mujeres en situaciones más vulnerables, migrantes y refugiadas, de minorías étnicas, con discapacidades, en situación de exclusión social y prostitución, entre otras.
4. Exigir el cumplimiento de la normativa en materia de igualdad y violencia machista, enfatizando la necesidad de garantizar y gestionar de forma efectiva recursos estables para su implementación.
5. Frenar la normalización de las violencias, en especial, la cultura de la violación y la mercantilización del cuerpo de las mujeres, fortaleciendo las actuaciones formativas continuas en todos los estamentos profesionales implicados, y la sensibilización social.
6. Desarrollar estrategias para identificar y actuar contra la violencia digital machista.
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