NO ES MI PRESIDENTE
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Fernando Romero Vallín no habló, sino rezó en voz alta. Verso a verso, paso a paso, nos llevó por cada Cristo y cada Virgen de las 25 Hermandades de Huelva.
HUELVA, 7 DE ABRIL 2025.
El Gran Teatro estaba lleno. No cabía un alma. La Huelva cofrade se había citado, a las doce de la mañana de ayer, para escuchar el pregón de la Semana Santa… y vaya si mereció la pena.
Fernando Romero Vallín no habló, sino rezó en voz alta. Verso a verso, paso a paso, nos llevó por cada Cristo y cada Virgen de las 25 Hermandades de Huelva. Especialmente, se recreó en la Hermandad del Calvario:
“¡Qué se callen!… /Qué viene el Dios verdadero /¡Y su cuerpo va temblando! /Que a la luz de los luceros / Se enmudece el campanario. /Y hasta el aire se hace austero /Qué cuando pasa el calvario, ¡Qué callen!. Callarse por Dios, ¡qué callen!. ¡Qué se calle el mundo entero!”.
Al llegar a la Esperanza, el pregonero rezó:
“La pluma con que te escribo /no es de oro, Ni es de plata /Ni lleva brillantes finos /Ni azabaches, ni esmeraldas…
Con esa pluma, ¡Maria!.
Quiero escribir la alegría /¡De esta tierra y sus campanas!. /Porque Huelva te ha escogido /Cómo Reina y Capitana!. ¡Desbordando el señorío!. ¡Al Timón de tu navío!… ¡Mi esperanza coronada!”.
Al Nazareno, también le dedicó palabras llenas de fe y de belleza:
“¡Sonaron las cuatro en punto! /Para mi! se acabó el mundo /Cuando abrieron esas puertas /Se tambaleó el presente /Zamarreando mi mente /El compás de tu silueta”.
UN PREGÓN PROFUNDO, CON ALMA Y ARTE
Fue un pregón lírico, profundo, con alma y con arte. Incluso se atrevió a cantar algunas de las letras. Y, cuando lo hizo, el silencio del Teatro se volvió emoción compartida.
El pregón duró casi dos horas, pero se hizo breve. Porque cuando algo es auténtico, hondo y bien dicho… el tiempo se detiene.
Fernando R. Vallín, fue aplaudido muchas veces y, al final, el publico, puesto en pie, le regaló una ovación larga y cerrada, terminada con “palmas por Huelva” por su magnifico pregón que ya forma parte de nuestra memoria y de la historia de Huelva.
Gracias, querido Toni González, presidente del Consejo, por la elección del pregonero.
Gracias a ti también, amigo Fernando, por expresar con bellas palabras aquello que muchos piensan y sienten.
Por recordarnos que la Semana Santa no solo se ve…, también se escucha, se vive, se canta y se reza, como tú lo has hecho, con tanta brillantez.
Tu pregón, amigo, no podía terminar mejor que con la Resurrección, al compás del sonido del tamboril, en el silencio del Gran Teatro
“¡No pares, tamborileros!, /Qué tu toque, ¡sea el primero!. /¡Qué despierte a Huelva entera!. /Que envuelvan tus melodías/.
Un vaivén de sinfonías /Por una calle cualquiera.
¡Que resuene tu alegría! /Mientras se queda dormía/ En el agua de una fuente”.
Ayer, tuvimos la fortuna de escuchar un pregón para la historia: lírico, profundo, con alma, música y arte .
¡BUENOS DÍAS!
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