Intervienen las mentes de los ciudadanos para convertirlos en súbditos en cuyo ejercicio pierden derechos y libertades.
HUELVA, 7 DE ENERO 2024.
La izquierda republicana es, por ideología inversa, dictatorial. Venden espíritu colectivo mientras compran individualismo del idolatrado pagafantas de turno. Alientan la participación pública quienes, sotto voce, se refocilan en los turbios negocios privados. Intervienen las mentes de los ciudadanos para convertirlos en súbditos en cuyo ejercicio pierden derechos y libertades. Salgo del extrarradio y penetro en la conciencia de peligrosos sujetos como el juez Joaquim Bosch.
El meritado constituye todo un ejemplo de por qué el republicanismo es la coartada de los demagogos aburridos que aspiran a hematólogos vampirizados. El hombre ha declarado que todos los jueces que se consideran apolíticos no son conservadores, sino de derecha o de ultraderecha. Sin embargo, los que se posicionan a favor del podemismo de Belarra o del sanchismo de Ábalos son, per se, progresistas y no de ultra izquierda. Menudo “juezticiero” el tal Bosch.
NOTA. La fuerza del sino no es romanticismo del duque de Rivas o quijotismo de Cervantes. El destino es la lírica pegajosa de los “diógenes” que acumulan basura moral. En la república de estos listos atormentados por su ambición, la democracia es el mal. Un mal menor fácil de enmascarar entre subsidios limosneros. Tan cortitos son estos degenerados que, cual Alfonso XIII, pero sin exiliarse, Felipe VI puede, con un guiño, abrir la puerta al horror norcoreano…
…Y COROLARIO. La república en versión bolivariana o soviética, o incluso estadounidense, no es democracia si la Constitución se desprecia y si el parlamentarismo se suple con los amigos del Putin o del Sánchez de turno.
RECORDATORIO. Caminemos por la educación, nos amonestaba Platón, que permite conocer el bien que nos lleva a la justicia. En ese transitar, sólo la ética, Pedro, conseguirá que el gobernante y el ciudadano hagan el bien. Tú, el mal.
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