Si España fuera Vetusta, Sánchez sería el magistral de opereta que predicaba castidad y ejercía el viejo oficio del proxenetismo encaramado al púlpito.
HUELVA, 9 DE ENERO 2024.
“La regenta” hizo de Leopoldo un escritor excepcional. No ya por la exquisitez literaria de su texto, que sí, sino por el desmenuzamiento quirúrgico del fondo. Si España se transformase en la noble Vetusta, hablaríamos de la muy leal nación. Pocas veces un escenario territorial desnudó la virtud de una mujer a causa de la tentación de su mirífica pasión. Leopoldo no retrata a “belarras” ni a ”begoñas”. Radiografía a una señora que sucumbió a un deseo arrollador.
Si España fuera Vetusta, Sánchez sería el magistral de opereta que predicaba castidad y ejercía el viejo oficio del proxenetismo encaramado al púlpito. “¡Cuántas veces (…) viendo allá abajo, en el rostro de los fieles, la admiración y el encanto (…) le ahogaba el placer y le cortaba la voz en la garganta”. El felón de la iglesia y de la política defendían una misma identidad con desigual máscara. El cura, un porquerizo. El presidente, un porquero de mil agamenones.
NOTA. La regenta puede ser la Begoña en su versión idealizada. Detrás de ésta, una mujer atormentada por la ideología paterna y frustrada por el desamor conyugal. Necesita a su regente por el vínculo de su poder. Mas esta impúdica Ana Ozores de Moncloa necesita otro Mesía, conquistador global, despreciable individualidad, que representa la hipocresía de los negocios criminales, y que arrastra a la protagonista por el enlodado cielo de los aviones sin alas y sin “air”…
…Y COROLARIO. Leopoldo se empecina en que la regenta de Moncloa alabe la virtud de su marido a sabiendas de la vulgaridad del personaje. Toda una sátira de lo fecundo abocado a la infertilidad.
RECORDATORIO. Sitúense en la moralidad, -oxímoron en la boca-, de la reina Isabel II. Proyecten el escenario a la criminalidad desarrollada por Sánchez contra la unidad de la España/Vetusta. Todo terminará peor.
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