HUELVA, 30 DE JULIO 2024.
Lo mismo viene de “famiglia”. La unión de Pedro y Begoña vinculó a dos niños de papá. Las pesquisas de los juzgados sobre estos gorrioncillos se ha de explicar en contexto jocoso franciscano: “Hermanas mías avecillas”. Los papis, gente adinerada, criaron a sus retoños con el sentido burgués propio de los cayetanos: creced y multiplicad el patrimonio. Qué más da la derecha de saunas o la izquierda de PSOE. Lo esencial, ¿verdad, Barrabés?, son los millones.
Firme el objetivo de riqueza, procedía borrar de la memoria selectiva los manchones de los sudaderos madrileños. La imagen era la de dos papás disfrazados de trabajadores sencillos, hechos a sí mismos. Ni empresario de dudosa moral uno ni alto cargo de Felipe González el otro. La pobre Bego no se licenció por falta de recursos. El rico Pedro aprendió entre enchufes y desaires el valor del mentir. Sólo que fue frenado por el juez Peinado a base de sindéresis.
NOTA. Sindéresis, sí. Capacidad de obrar con prudencia dando sentido a la ley de los hombres. Prudencia y razón práctica que desconoce esta pareja de aves de mal agüero, experta en elevar la mezquindad a categoría de aventurerismo. No hay juez facha ni policía patriótica a lo sabiniano. Sí embustes de sus sicarios mediáticos que rebuznan sobre prospectiva a sabiendas de la calumnia. Peinado no instruye a ver qué saca. Sabe bien lo que hay. La flauta no suena por azar…
…Y COROLARIO. Pedro y Bego han vuelto a salir trasquilados sin desollar. La policía judicial no investigó irregularmente el negociazo del papá político de Sánchez. El Supremo da carpetazo al caso.
RECORDATORIO. Los comercios de saunas de un filoblaspiñar y de infamias en el PSOE retratan a los papás. Los hijos, mil veces peor que el totum revolutum de “acertijos, enigmas y misterios” en la URSS, que decía Churchill.
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