HUELVA, 12 DE SEPTIEMBRE 2024.
La mafia jurídica, matrona de las leyes mal paridas, confunde la predictibilidad de una ley con su aplicación a gusto de los procesados. Esta gente roba coches de lujo, tipo Lamborghini, los tunean para borrar su naturaleza y olvidaron el ADN de la marca. Ahí ha pillado Llarena a Boye, a Gª Ortiz y a Pumpido, mangantes de la amnistía. Y a Sánchez, el padrino de la operación. Como fundamenta el magistrado del Supremo, los delincuentes pasaron por alto la malversación.
La resolución del juez descansa en el art. 1.4 de la propia ley de amnistía, manoseada por los juristas sicarios del presidente. Hay malversación porque hay lucro. Este enriquecimiento comprende todo beneficio de contraprestación dineraria. Hay, pues, delito no amnistiable por más que Puigdemont no haya aumentado materialmente el listón de su riqueza. El gasto del prófugo con fondos públicos fue ilegal y ajeno a su labor como presidente de la Generalitat.
NOTA. El Fiscal Generalísimo, ya vapuleado por sentencia anterior, vuelve a recibir un varapalo de época. La seguridad jurídica obliga a que la vigencia de la ley y de su aplicación mantengan el orden social. El tuneo del cochazo es un robo en sí mismo. La malversación era predictible. Los golfos que la perpetraron erraron en ese aspecto. De ahí que su condena viene de haber perdido su plus de confianza legítima. O sea, han robado el coche, pero la marca prevalece…
…Y COROLARIO. Otro magistrado, Vicente Magro, resume su posición jurídica: “La predictibilidad se logra con la fijación de criterios”. O lo que es lo mismo, no puedo cambiar la regla del juego en pleno partido.
RECORDATORIO. Los recursos de inconstitucionalidad contra la ley de amnistía coinciden en un punto clave: pisotea la igualdad y la propiedad. Si Pumpido no se abstiene, predice su voto a favor de Sánchez. Para beneficio de los ladrones.
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