HUELVA, 3 DE SEPTIEMBRE 2024.
Ha iniciado el nuevo curso político y los defensores de la libertad y de la nación seguimos desamparados. La sanchezcracia ha convocado para mediados de noviembre un congreso del partido para decretar definitivamente la defunción de la socialdemocracia española, su alianza con separatistas, golpistas y terroristas, y la asunción del socialismo bolivariano.
Y por otra parte, tenemos a la derecha desorientada como pollo sin cabeza. El Partido Popular señala un día la dictadura de Sánchez, y al otro llega a pactos para prostituir la justicia. VOX a nivel nacional peor aún. La mayor parte de su acción política se centra en atacar al PP, siendo éste el único partido con el que puede pactar, y sobre todo, el único partido con el que puede formar una alianza para echar al sanchismo de las instituciones.
Abascal, que en la última encuesta sigue perdiendo escaños, avanza en la senda del postureo alvisiano. Ahora amenaza al PP con tumbar los presupuestos autonómicos si los populares aprueban la ley de extranjería que Pedro Sánchez está preparando. Una amenaza, que de materializarse, supondrá un terremoto para 5 comunidades autónomas en las que el PP necesita el voto de VOX (Castilla y León, Aragón, Valencia, Murcia y Extremadura). Es decir, que Abascal con tal de aparentar mayor radicalidad que Alvise va a fastidiar a casi 12 millones de españoles. Es decir, para atraerse el millón de votos de Alvise va a alejarse de 12 millones de votos de los españoles que viven en esas comunidades autónomas. Como estrategia para constituirse en una secta minoritaria me parece perfecta, pero para madurar como alternativa de gobierno francamente estulta.
Mientras tanto Sánchez sigue en la Moncloa cada vez más fortalecido por el enredo que hay en la derecha. Tendremos sanchezcracia hasta que PP Y VOX decidan dejar de avergonzarse de sus pactos y acuerden un cordón sanitario al partido sanchista y sus aledaños (más bien alimañas). Hasta entonces, pan, circo y Sánchez en la Moncloa.
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