HUELVA, 2 DE OCTUBRE 2024.
Que los de Bildu son matarifes, lo sabemos los españoles de bien. Que la Guardia Civil y la Policía Nacional son garantes de las libertades de los ciudadanos, incluidos los que exaltan los asesinatos de ETA, no precisa demostración. La Benemérita es el gran parapeto que sirve de trinchera cívica cuando las fuerzas armadas no pueden/deben actuar. Otegi fue un criminal que no abdica de su reinado de terror. No es un nacionalista vasco. Es un torturador.
La desgracia de la España de Sánchez es la hecatombe que se aproxima. A golpe de decreto o a porrazos de millones, el desgobierno mantiene su carrera hacia el precipicio como nación. Expulsar a la guardia civil de territorios españoles agrava la crisis de la naturaleza jurídica del país. La Constitución se desvanece entre golpistas vascos y catalanes que sacuden los cimientos de la Hacienda de todos a base del desbarre de Montero por legalizar el robo.
NOTA. El instituto armado redobla su labor en virtud de su carácter de cuerpo de seguridad y de su condición de misiones de encomienda militar. En la España de Isabel II y en la de Felipe VI, en la II República de Largo y en el páramo de Marlaska, la guardia civil restablece el orden público y frena la violencia callejera de los socios sucios de Sánchez. El “todo por la patria” excede la categoría de lema. Es un axioma, una proposición evidente. Un reto a su propia muerte…
…Y COROLARIO. Por tres perras gordas. Pese al agravio económico con policías de País Vasco y Cataluña. Sujetos al régimen autócrata del cacique de Interior. Lo suyo es supervivencia en medio de las peores tempestades.
RECORDATORIO. ¿Medallas para ellos? Tres. Las preseas, para los políticos y sus vergonzantes afines.
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