HUELVA, 3 DE ABRIL 2024.
Ha muerto el tenor onubense, Guillermo Orozco (57 años), intérprete del Himno oficial de Huelva. Muy pocos conocíamos que en Navidad, en una revisión médica por una bronquitis, le fue descubierto un tumor. Desde hace tres meses, Guillermo ha luchado por salir adelante, sin poderlo conseguir. Falleció ayer, martes, en el Hospital Vazquez Diaz. Esta tarde, a las 18:00, hay una misa en su recuerdo, en la iglesia de la Concepción.
Ayer, al conocer la noticia de su inesperada muerte, tuve necesidad de escribir y expresar mis sentimientos de afecto y cariño hacia él. Pero, me contuve hasta el BD de hoy.
Las horas las he aprovechado para recordar mis encuentros personales con él, y sus intervenciones en diferentes conciertos, como el de “3 Tenores”, en Casa Colón, o con el Coro lírico de Huelva, en Gran teatro.
Donde el público se removía en sus asientos cuando Orozco, irrumpía con las notas altas, del clásico “do de pecho”. Lo hacia con el timbre claro y brillante del tenor más importante de la historia de Huelva.
Orozco, fue alumno del Colegio Marista y del prestigioso maestro, Pedro Lavirgen. Con quien creció y aprendió a desarrollar su inmenso poténcial de voz, capaz de abarcar los géneros líricos, desde la ópera a la zarzuela.
El mismo, Pedro Lavirgen, en el concierto de los Tres Tenores, de la Casa Colón (2010), me confesó: “Mi alumno, Guillermo, es uno de los mejores tenores de España, con facultades para llegar donde él quiera…”.
ES LA VOZ ETERNA DEL HIMNO OFICIAL DE HUELVA
Con este aval, no dudé en ofrecerle a Guillermo Orozco que fuese la voz eterna e interprete musical del Himno oficial de Huelva.
Un Himno, con letra y musica de otros dos genios onubenses, Francisco Garfias (Moguer), premio nacional de literatura, y Abel Moreno (Encinasola), director y compositor musical de fama mundial.
La presentación del Himno lo guardo como uno de los grandes e inolvidables momentos vividos en mis veinte años de alcalde.
En estas últimas horas, he escuchado varios vídeos de sus intervenciones. Por ejemplo, en un teatro francés, cantando “Carmen”.
Y el de su última actuación en el Gran Teatro, acompañado del Coro Teatro Lirico de Huelva, al interpretar la habanera de Don Gil de Alcalá: “Canta y no llores”.
Gracias a la música, tendremos la fortuna de que, a pesar de su muerte, mientras podamos dar play a algunas de sus canciones, Guillermo será inmortal.
Termino: resaltando los valores humanos de un número uno de las lírica quien, pese a ello, siempre fue humilde, espontáneo, afable, natural, sencillo y sin presumir de su categoría artística.
A Guille, como le llamaban en su familia y sus amigos, se le recordará como el joven tenor que eligió hacer compatible los grandes teatros del mundo, con vivir largas temporadas en la aldea de “la Canaleja”, de Almonaster la Real, lugar donde vivia en la zona baja de una sola calle, con cincuenta casas y cuarenta habitantes.
Ayer, al conocer su muerte, sus amigos y vecinos de la pequeña aldea de “La Canaleja”, emitieron un emotivo mensaje en las redes sociales:
“Gracias Guillermo, por estar siempre dispuesto a colaborar con la aldea y deleitarnos con tu bello canto, hoy lo harás desde el cielo. ¡Nunca te olvidáramos!”.
Termino, amigo/a, con el estribillo de la ultima habanera que Guillermo Orozco cantó en el Gran Teatro y que, esta mañana, la he tenido de fondo musical, mientras escribía este BD:
“Canta y no llores /corazón, no llores, ¡ay! /que la esperanza /será la aurora /de tus amores. ¡Ay…!
“BUENOS DÍAS”.
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