HUELVA, 30 DE SEPTIEMBRE 2024.
La historia del BD de hoy es la de un joven, llamado Paco, al que, en casa, conocíamos como “el vecino de la bicicleta”. Era el año 2000 cuando diariamente empezamos a ver salir a un joven en una bici vieja, desde un edificio frente al nuestro. Su saludo era el de un joven educado, tranquilo y de buen trato.
Cuando, se dirigía a mi, lo hacía con la confianza del vecino, en un lenguaje particular (síntesis de otros universales)y difícil de entender. Recuerdo que en las campañas electorales, Paco, me solía consejos, muy certeros, que me sorprendían por venir de un joven, cuyo oficio era “buscar enseres y chatarra” por las calles de Huelva.
En alguna ocasión, le pregunté por su tipo de trabajo y me respondió: “Alcalde es muy duro estar todo el día pedaleando por las calles de Huelva. ¡A ver si usted puede darme un trabajo…!”.
A Paco, todo un personaje en la calle, le había perdido la pista desde hacía unos años. Hasta que el pasado jueves me lo encontré en el momento de cruzar con su bicicleta el paso de cebra de la calle del Puerto, remodelada, camino de su casa.
Me dio mucha alegría verlo, y lo llamé: “¡Paco, espera…!”. Me acerqué y lo saludé. Él me correspondió con afecto. ¿Cómo estás?. “¡Muy bien!” -me respondió con el acento de su lenguaje particular-.
Paco, veo que te sigues dedicando a lo mismo- le comenté- Y él me contestó con seguridad- “Si, pero ahora lo hago mejor”. Veo que en el remolque llevas hasta una TV, ¿qué haces ahora con estos enseres?. -le pregunto-. “Pues venderlo como sea, entre otros sitios a través de Internet”. ¿No te importa que te haga unas fotos? “No, ni mucho menos…”
QUIÉN ME IBA A DECIR QUE ESTE HOMBRE IBA A PROGRESAR TANTO
Paco, posó para la foto con el orgullo de haber progresado mucho desde el día que lo conocí, hace 25 años.
Entonces tenía una bicicleta vieja, de segunda mano, y ahora lleva una de última tecnología, con un remolque amplio, donde caben muchos enseres, e incluso una televisión LG.
Su imagen personal también ha mejorado sustancialmente. En el año 2000 vestía con cualquier tipo de ropa, mientras ahora va con una vestimenta deportiva moderna, sin faltarle el casco protector obligatorio.
En lo que no ha cambiado mucho es en su forma de hablar: con frases cortas, casi monosílabos y un lenguaje particular. Te cuento esta historia porque todavía me dura el impacto que tuve al ver la evolución de Paco, “el vecino de la bicicleta”.
Quien me iba a decir, hace 25 años, que este hombre que salía de casa, cada mañana, a recoger enseres y chatarra por la ciudad, como si fuera un servicio público. Iba a progresar de esta manera. Más de una vez lo vi regresar a su casa de vacío, a la caída de la tarde, después de estar, todo el día, pedaleando por las calles de Huelva.
Pero, seguro que él no se sentía un fracasado. Él pensaría que, si aquel día no encontró lo que buscaba, lo hallaría al día siguiente. Estoy seguro de que Paco tenía un proyecto de futuro, y cada experiencia positiva o negativa le ha proporcionado información sobre como mejorar, cada día, para lograr sus retos. La moraleja de esta historia puede ser que si aprendes de tus fracasos no has fracasado. El único fracaso verdadero es no aprender.
Aunque la vida no le haya sido fácil, Paco, ha sabido aprovechar la oportunidad (Internet) para aprender y mejorar su bienestar económico.
A Carmen y a mi nieto, Pablo, se lo comenté, el otro día: “ ¿Os acordáis de “el vecino de la bicicleta”, quién por su trato nos parecía una persona muy cerrada y tímida…?
Pues, el jueves lo vi y ha progresado mucho, gracias a su actitud y a poseer una mente abierta a los nuevos tiempos.
¡BUENOS DÍAS!
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