La izquierda española junto a las izquierdas dictatoriales en Iberoamérica, son las peores del mundo. Nada tiene que ver con la izquierda británica, alemana o estadounidense. De ser ciudadano de esos países creo que alternaria mi voto entre conservadores, liberales y socialdemócratas. En España para nada se me ocurriría votar a esta izquierda radical aliada con políticos corruptos, golpista y terroristas.
Digo lo que digo con razones incontestables.
La izquierda española modificó el Código Penal para que el político corrupto en vez de estar más años en la cárcel por meter la mano en la caja estuviese menos. Esa izquierda que tanto enarbola la bandera anticorrupción vota leyes para beneficiar al corrupto.
La izquierda española elabora la corrupta Ley de Amnistía para volver, otra vez, a beneficiar a los políticos corruptos y terroristas. Eliminar todo el historial delictivo de los políticos corruptos, golpistas aliados con grupos de extremistas del terrorismo callejero, es algo que jamás habría firmado ni Julio Anguita ni Marcelino Camacho. Y ni mucho menos el gran líder de UGT como fue Nicolás Redondo.
La llegada de Podemos a la izquierda española lo contaminó todo.
Los que venían a acabar con la casta fue la casta más degenerada que hemos visto. Sus líderes se enriquecieron a costa de aquel inocente votante que un día, dio a Podemos más de 50 diputados. Hoy es un partido residual cuando sus votantes descubrieron la gran estafa.
En el PSOE pasará lo mismo en el momento en que sus votantes se metan en el rincón de pensar y recapaciten que Sánchez ha podemizado el partido y, mientras lo podemiza al mismo tiempo a la vez pisotea la Constitución.
A parte de una personalidad en la que vemos a un tipo sin honor, sin valores, sin palabra, sin principios, amoral…En definitiva, se une todo eso con el rosario de casos de corrupción que asola a su partido:
Su hermano imputado.
Su mujer imputada.
El caso Koldo con tentáculos de socialistas implicados.
El Tito Berni y sus sucios negocios en el Congreso.
La colonización de las instituciones.
La defensa de la dictadura sanguinaria en Venezuela.
Los insultos a los jueces y periodistas.
La financiación especial a Cataluña en perjuicio de las demás comunidades.
No sé qué más tiene que hacer el autócrata para que los votantes del PSOE hagan lo mismo que hicieron los votantes de Podemos con Pablo Iglesias. El PSOE está en peligro, si bien eso a mi me viene al pairo. Pero si verdaderamente el simpatizante quiere conservar el partido y no ver lo que pasó en Grecia, Italia, Francia… aún están a tiempo.
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